Aislamiento térmico

Aislar térmicamente una vivienda consiste en lograr aumentar su resistencia a las pérdidas de que se consigue incorporando materiales aislantes como una buena instalación de los mismos.

 

El aislamiento térmico de la envolvente de un edificios y casas es una acción muy importante si queremos tener mejoras energéticas considerables. En arquitectura existen varias soluciones técnicas para aislar térmicamente un edificio, pero los SATE son la manera más eficiente. En invierno reducimos la pérdida de calor que se escapa desde dentro hasta fuera; mientras que en verano es todo lo contrario, el aislamiento térmico nos ayuda a bloquear el calor entrante del exterior.

Ventajas del aislamiento térmico:

Mejora el confort y el bienestar para el usuario: el confort se expresa en una sensación respecto al ambiente. Una vivienda aislada térmicamente contribuye al bienestar del usuario ayudando a mantener una temperatura de confort dentro de la vivienda, tanto en invierno como en verano.

Aumentar la eficiencia energética del edificio porque los edificios, de la cual el 50% se pierde a través de los cerramientos opacos del edificio. Reduce la factura energética del usuario/propietario y del país.

Reduce un 30% los gastos en aclimatación como ser aires acondicionados o calefacciones Las pérdidas y ganancias de calor a través de las fachadas corresponden a más de un 30% del total de la energía consumida de una casa unifamiliar.

Mejorar el rendimiento de las instalaciones térmicas, ya que el aislamiento evita las pérdidas energéticas en las redes de distribución haciendo que mejore el rendimiento de los equipos con el consiguiente ahorra. El empleo de los materiales adecuados hará que el acondicionamiento estructural de la edificación con un aislamiento térmico sea exitoso.

Disminuye las emisiones de gases con efecto invernadero (principalmente CO2): las calderas de gas, derivados del petróleo o carbón emiten gases en su combustión (CO2 y otros). También la producción de energía eléctrica lleva asociada emisiones de CO2.